27 Jun
27Jun

Oh dulcísimo Jesús, que viniste a este mundo para dar a todos la vida de tu gracia, y que para conservarla y sustentarla, quisiste que la Comunión fuera el remedio de nuestras diarias flaquezas y nuestro diario alimento.

Humildemente te suplicamos, por tu Corazón, todo fuego por amor nuestro, que infundas sobre todos tu Santo Espíritu, para que los que desgraciadamente estén en pecado mortal, puedan convertirse a Ti, y recobrar la vida de la gracia que han perdido.

Y los que por tu merced viven todavía  esta vida divina, puedan acercarse diariamente a tu sagrada mesa, en la que recibiendo cada día, el antídoto de sus faltas veniales, nutriendo la vida de la grasa de sus almas, y purificando más y más sus corazones,  puedan al fin llegar a gozar contigo de la eterna bienaventuranza.

 Amén

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