Breve instrucción
De todas las prácticas recomendadas por nuestra santa religión - las oraciones de la mañana y las de la noche, las oraciones para antes y después de las comidas, las visitas al Santísimo Sacramento, el santo Rosario, el Vía Crucis, etc. - El santo sacrificio de la misa es la más grande, la más preciosa, la más santa y el camino más eficaz para la salvación del hombre.
La Santa Misa fue instituida por Nuestro Señor Jesucristo mismo en La Última Cena. Allí, Él ordenó a sus Apóstoles que hicieran lo mismo que Él había hecho, diciendo: "Haced esto en conmemoración mía"
Asistiendo a la santa misa deberíamos tener las cuatro intenciones por las cuales se ofrece este Sacrificio:
Si deseamos pedirle otros dones y beneficios a Dios por medio de la Santa Misa estará muy bien, pero no debemos olvidar estas cuatro grandes intenciones.
Podemos ofrecer la Santa Misa en unión con el sacerdote por algún fin particular; por ejemplo, para obtener la gracia de practicar alguna virtud determinada, vencer alguna tentación en especial, o para obtener algún favor señalado para nosotros o para nuestros prójimos.
Recuperado de: Misal diario Católico, Apostólico, Romano (1962)