Su Santidad, Papa Pio X; nos instruye lo siguiente:
La santa misa es en sí misma una oración, incluso la más excelsa oración que existe.
Es el Sacrificio, ofrecido por Nuestro Redentor en la Cruz, y repetido todos los días en el Altar.
Si deseas escuchar la Misa como debe ser escuchada, tienes que seguir con los ojos, con el corazón y con la boca todo lo que ocurre en el Altar.
Además, tienes que rezar con el sacerdote las santas palabras pronunciadas por él en nombre de Cristo y que Cristo pronuncia a través de él.
Tienes que asociar tu corazón con los santos sentimientos contenidos en estas palabras, y de ese modo debe seguir todo lo que ocurre en el Altar. Cuando te portas así, has rezado la Santa Misa.