PRESBÍTERO DR. JOAQUÍN SÁENZ Y ARRIAGA
Se prueba que este Cuerpo místico, que es la Iglesia, leva el nombre de Cristo: por el hecho de que El ha de ser considerado coro su Cabeza – El dice San Pablo (Col. I, 18) – es la Cabeza del Cuerpo de la Iglesia. El es la Cabeza, partiendo de la cual todo el Cuerpo, dispuesto con debido orden, crece y se aumenta, para su propia edificación (Efes. 1V, 16: Col, II, 19)“Bien conocéis, Venerables Hermanos, con cuán convincentes argumentos han tratado de este asunto los Maestros de la Teología Escolástica, y principalmente el Angelico y común Doctor, y sabéis perfectamente que los argumentos por él aducidos responden fielmente a las razones alegadas por tos Santos Padres, los cuales, por lo demás, no hicieron otra cosa que referir y con sus comentarios explicar la doctrina de la Sagrada Escritura” |
“Ni se ha de creer que su gobierno se ejerce solamente de un modo visible y extraordinario, siendo así que tambien de una manera patente y ordinaria gobierna el Divino Redentor, por su Vicario en la tierra, a su Cuerpo místico... Ni para debilitar esta afirmación puede alegarse que, a causa del Primado de jurisdicción establecido en la Iglesia, este Cuerpo Místico tiene dos cabezas. Porque Pedro, en fuerza del Primado, no es sino el Vicario de Cristo, por cuanto no existe sino una Cabeza primaria de este Cuerpo, es decir, Cristo: el cual, sin dejar de regir secretamente por sí mismo a la Iglesia... la gobíerna, además, visiblemente por aquél, que en la tierra representa su persona...“Hállanse, pues, en un peligroso error quienes piensan que puedan abrazar a Cristo, Cabeza de la Iglesia, sin adherirse fielmente a su Vicario en la tierra, Porque, al quitar esta cabeza visible, y romper los vínculos sensibles de la unidad, oscurecen y deforman el Cuerpo místico del Redentor, de tal manera, que los que andan en busca del puerto de salvación no pueden verlo ni encontrarlo.“Y lo que en este lugar Nos hemos dicho de la Iglesia Universal, debe afirmarse también de las particulares comunidades cristianas, tanto orientales como latinas, de las que se compone la unica Iglesia catolica por cuanto ellas son gobernadas por Jesucristo con la palabra y la potestad del obispo, de cada una. Por lo cual los Obispos no solamente han de ser considerados como los principales miembros de la lglesia Universal, como quienes están ligados por un vinculo especialisimo con la Cabeza divina de todo el Cuerpo. .. sino que, por lo que a su propia diócesis se refiere, apacientan y rigen como verdaderos Pastores, en nombre de Cristo, la grey que a cada uno ha sido confiada, pero, haciendo esto, no son completamente independientes, sino que están puestos bajo la autoridad del Romano Pontifice, aunque gozan de jurisdicción ordinaria, que el mismo Sumo Pontífice directamente les ha comunicado... |
“Por lo cual nos sentimos grandísima pena cuando llega a nuestros oídos que no pocos de Nuestros Hermanos en el Episcopado, sólo porque son verdaderos modelos del rebaño, y por defender fiel y energicamente, según su deber, el sagrado deposito de la fe que les fue encomendado; sólo por mantener celosamente las leyes santisimas, esculpidas en los ánimos de los hombres, y por defender, siguiendo el ejemplo del divino Pastor, la grey a ellos confiada, de los lobos rapaces, no sólo tienen que sufrir las persecuciones y vejaciones dirigidas contra ellos mismos, sino también – lo que para ellos suele ser más doloroso – las levantadas contra las ovejas puestas bajo su Cuidado, contra sus colaboradores en el apostolado, y aun contra las virgenes consagradas a Dios. Nos consideramos tales injurias como inferidas, a nos mismo y repetimos las sublimes palabras de nuestro predecesor, de f. m., San Gregorio Magno: “Nuestro honor es el honor de la Iglesia universal; Nuestro honor es la firme fortaleza de nuestros hermanos; y entonces nos sentimos honrados de veras, cuando a cada uno de ellos no se le niega el honor que le es debido”. |
“Mas, cuando Cefas (Pedro) vino a Antioquía le resistí cara a cara, POR SER DIGNO DE REPRENSION. Pues él antes que viniesen ciertos hombres de parte de Santiago, comía con los gentiles, mas, cuando llegaron aquéllos, SE RETRACTABA Y SE APARTABA, POR TEMOR A LOS QUE ERAN DE LA CIRCUNCISION. Y los otros judios incurrieron con él en la misma hipocresia, tanto que hasta Bernabé se dejó arrastrar por la simulación de ellos. Mas, cuando yo vi que no andaban rectamente, conforme a la verdad del Evangelio, dije a Cefas (Pedro) en presencia de todos: “Si tú, siendo judio, vives como los gentiles, y no como los judíos, como obligas a los gentiles, a judaizar? Nosotros somos judios de nacimiento, y no pecadores procedentes de la gentilidad; mas, sabiendo que el hombre es justificado, no por obras de la Ley, sino por la fe en Jesucristo, nosotros mismos hemos creído en Cristo Jesús, para ser justificados, por la fe en Cristo y no por las obras de la Ley; puesto que por las abras de la Ley no será justificado mortal alguno...” |