CMRI parte 3: la respuesta del clero y consideraciones finales
Por STEPHEN HEINER - 26, MARÇO DE 2022
«Es más útil permitir nacer el escándalo que renunciar a la verdad» — San Gregorio Magno.
Si bien no necesariamente esperé que varios clérigos de la CMRI respondieran a mis artículos, me alegro que esas respuestas hayan subrayado los puntos originales de mis artículos, los cuales primigeniamente fueron considerados por algunos como «teorías de conspiración», pero que nunca más pueden ser tenidos como tales al haber sido confirmadas las premisas por la propia CMRI.
El primer artículo al que me estoy refiriendo puede encontrarse aquí, y el segundo puede hallarse aquí.
Aunque me dirigiré por separado a los clérigos que han contestado a las acusaciones que formulé en los primeros meses del presente año, me gustaría recapitular tales aseveraciones y las respuestas de la CMRI.
Las acusaciones en mi artículo original resúmense a continuación:
Algunos sacerdotes de la CMRI sí les dicen a sus fieles que pueden, en buena conciencia, asistir a las Misas una cum. Como indiqué en mis artículos anteriores, la asistencia a las Misas una cum está plagada de problemas prácticos y el hecho de que una congregación de sacerdotes católicos tradicionales en cierto modo la apruebe, es lamentable y escandaloso. En efecto, decir a los fieles que los sacerdotes están «indecisos» al respecto, o dejarlo al «discernimiento prudencial» de cada cual, ha demostrado ser, en el orden práctico, un visto bueno para asistir a dichas Misas.
La CMRI adjudica casos matrimoniales, cosa de la que no tiene derecho en la ley de la Iglesia. La CMRI ha inventado el término de «juicios morales», para categorizar sus juicios en casos matrimoniales. La CMRI ha tratado de decir que tales «juicios morales» ocurrieron en el pasado y no realmente en el presente, mas hemos constatado que en varias parroquias de la CMRI, a las personas con anulaciones del Novus Ordo «se les ha dado el permiso» por el clero de la CMRI a través de estos «juicios morales» para contraer matrimonios católicos (por consiguiente, dichos «juicios morales» son efectivamente anulaciones) y que, en algunos casos, a la capilla acuden hijos de matrimonios previos, confundiendo y escandalizando así a los fieles. Que esto sea objeto de negación es irrelevante, ya que esos ejemplos existen y continúan existiendo.