No se puede hablar de Pablo VI y de su Pontificado, sin tomar en cuenta la doble misa negra que tuvo lugar el 29 de junio de 1963, en Roma y en Charleston (USA), con la cual Lucifer fue entronizado en la Capilla Paulina. Desde aquel momento, se dio inicio al Reino del Anticristo y una Nueva Iglesia de inspiración satánica, la “Casa del hombre en la tierra” que debía modelar una “Nueva Era del Hombre”, añadiendo reglas férreas para la elección de los sucesores de Pablo VI.
El Pontificado de Pablo VI, que duró quince años, puso en práctica la sustancia y el contenido de los juramentos hechos por los Prelados, al término de esa doble misa negra. Pablo VI, al definir a la Nueva Misa, sin Sacrificio de Cristo y sin Presencia real en la Eucaristía, encontró la oposición de los cardenales Bacci y Ottaviani, pero quizás esto haya sido sólo un truco para hacer pasar inadvertida la expresión “Dios del universo”, que se refería a Satanás, y que representaba la semilla que, con el tiempo, germinaría y prepararía el terreno para transformación total de la Misa-Sacrificio en Misa-Deicidio; y como Jefe supremo del Nuevo Rito Paládico Reformado, Pablo VI debía necesariamente conocer bien el significado de las palabras “Dios del universo”, Satanás.
Después de su muerte, y siempre con lenguaje y simbología oculta, comenzó la glorificación de Pablo VI como el más grande Caballero Rosacruz de todos los tiempos, y la culminación de su glorificación era llevar a Pablo V Ia los altares.
El 24 de mayo de 1986, el masón Mons. Pasquale Macchi inauguraba el monumento a Pablo VI en el Sacro Monte de Varese, el cual glorificaba los tres actos de traición de Pablo VI en relación a Cristo, la Iglesia y los pueblos cristianos.
En 1998, debido al revés que sufrió la causa de beatificación de Pablo VI, por la publicación del libro “Pablo VI ¿beato?” de Don Luigi Villa, Juan Pablo II vino a Brescia el mismo año, casi como para imponer la beatificación desde arriba. Como hemos dicho en las páginas precedentes, la escenografía ocultista, preparada en el estadio de Brescia, era la horrible burla sacrílega del Sacrificio de Cristo en el que la Sinagoga masónica lo crucifica nuevamente, en figura, representado por un cordero, al cual cortan la cabeza para arrojarla luego en el fuego en holocausto a Lucifer, el Espíritu del Fuego! El altar de este “sacrificio” se hallaba en medio de símbolos cabalistas conectadas a las llamas infernales de detrás del altar. Pero Juan Pablo II debía saber lo que se estaba representando, visto que en 1978 había sustituido a Pablo VI como Jefe supremo del Nuevo Rito Paládico Reformado y como Segunda bestia venida de la tierra del Apocalipsis de san Juan
Y debía conocer también el secreto ocultismo de la Misa de Pablo VI, en la cual se podía sustituir el Sacrificio de Cristo ofrecido a la Santísima Trinidad, en Deicidio ofrecido al “Dios del universo”, Satanás.
En 1999 y en el 2003, Don Villa escribió otros dos libros contra Pablo VI, y la causa de beatificación de Pablo VI había vuelto a languidecer y debía ser revitalizada, y la única posibilidad era una intervención del nuevo papa, Benedicto XVI, que llegó a Brescia el 8 de noviembre de 2009. Pero poco antes de su arribo, estalló la bomba del Templo satánico de Padergnone.
E anche Benedetto XVI doveva sicuramente conoscere larealtà del Templo satánico di Padergnone, no sólo por la presencia de su Medalla pontificia en la lápida de consagración de este templo satánico, sino también porque gran parte de la simbología ocultista que impregnaba a este templo fue luego descubierta en casi todas sus insignias litúrgicas.
Y también Benedicto XVI, que en el 2005 había sustituido a Juan Pablo II como Jefe supremo del Nuevo Rito Paládico Reformado y como Segunda bestia venida de la tierra del Apocalipsis de san Juan, debía conocer el secreto ocultismo de la Misa de Pablo VI, en la cual se podía sustituir el Sacrificio de Cristo ofrecido a la Santísima Trinidad, en Deicidio ofrecido al “Dios del universo”, Satanás.