13 Jul
13Jul

por el Dr. Franco Adessa 

LA VISITA A BRESCIA DE JUAN PABLO II 

La causa de beatificación de Pablo VI iniciada en Roma el 23 de mayo de 1993, sufrió un revés en marzo de 1998 por la publicación del libro de Don Luigi Villa “Pablo VI, ¿beato?”

En el mismo año, Juan Pablo II vino a Brescia, casi para “imponer la beatificación desde arriba”. Todos los brescianos asistentes a la celebración de Juan Pablo II en el “estadio Rigamonti” de Brescia el domingo 20 de septiembre de 1998, se encontraron ante un enorme Crucifijo, con la cabeza en caída, es decir, un Cristo en caída que parecía surgir desde un fuego, arqueándose hacia el cielo y volviendo a caer verticalmente hacia abajo. Un Cristo escandaloso en ese acto de caída no puede ser el Cristo Redentor, verdadero Dios y verdadero hombre, Él, CAMINO, VERDAD Y VIDA que había dicho: «... y Yo, cuando sea levantado, atraeré todo hacia MÍ» (Jn 12, 32). Y sin embargo, el Crucifijo es el innegable símbolo de Cristo Redentor. ¿Por qué la jerarquía bresciana se ha permitido exponer ante los fieles ese Crucificado, sabiendo que la Iglesia siempre nos lo ha hecho representar, durante dos mil años, no en esa espantosa postura, sino en Su sereno y divino abandono al Padre? «... Padre, ¡en Tus manos encomiendo mi espíritu!» (Lc 23, 46). 


Por el contrario, es un Crucificado que no parece expresar el amor hacia el hombre que lo ha impulsado al sacrificio en la Cruz, sino que en el acto de caer sobre el altar es acompañado por llamas de fuego, en una extraña escenografía rica en simbología oculta. Detrás del palco, se elevan veinte láminas onduladas de metal oxidado, divididas en dos grupos de 10 y dispuestas de modo simétrico, que simbolizan llamas de fuego. Estas llamas presentan una “rareza”: si las llamas menos intensas suben gradualmente desde los extremos hacia el centro, ¿por qué justamente en el centro las dos “llamas” adyacentes a la Cruz curvada no son las más altas? ¿Por qué, en cambio, son mucho más contenidas, de igual longitud, casi planas y no con la forma ondulada de las otras llamas? Quizá no son “llamas” que deban asociarse a los otras porque ¿simbolizan alguna otra cosa? Al palco se accede desde una enorme y amplia escalinata central formada por 11 escalones que conducen directamente al área del altar, protegido por un paño que tiene como sostén cuatro enormes cuadrados de dimensiones ¿POR QUÉ LA FECHA DEL 20 DE SEPTIEMBRE? El 20 de septiembre de 1870, con la “Brecha de Porta Pía”, desapareció el poder temporal del papado, y el mismo día, Albert Pike y Giuseppe Mazzini crearon el Nuevo Rito Paládico Reformado, vértice de todas las obediencias masónicas de la tierra, con el objetivo declarado de ¡destruir el Poder Espiritual de la Iglesia Católica! La fecha del 20 de septiembre, entonces, simboliza el objetivo oficial y declarado de la Masonería: la aniquilación completa del Catolicismo e incluso de la idea cristiana. Pero el poder espiritual de la Iglesia Católica tiene su raíz en el Sacrificio de Cristo en la Cruz y, por lo tanto, el objetivo supremo de Satanás y de la Masonería es eliminar el Sacrificio de Cristo en la Cruz de la faz de la tierra. ¿POR QUÉ UN CRISTO QUE SURGE DESDE EL FUEGO Y CAE A PIQUE SOBRE UN ALTAR? El surgir y el caer indican dos ejes: el vertical del Crucifijo tradicional y el de la dirección de caída de la cabeza del Crucificado. Un Cristo que surge desde un fuego y se arquea hacia el cielo indica una extraña “procedencia” de Nuestro Señor y una todavía más extraña “dirección”, ya que el “arquearse” significa que inicialmente estaba dirigido hacia el cielo, pero “algo” le hizo cambiar de dirección, hasta posicionarlo en picada hacia abajo. El caer en picada no es una expresión que pudiera indicar un acto de amor de Cristo hacia los fieles que están abajo, sino que indica solamente un cuerpo que cae perpendicularmente por la sola ley de la gravedad. 

Por otra parte, las “llamas” casi siempre están asociadas al infierno, morada de Lucifer, y por lo tanto nos preguntamos: ¿Cómo puede Jesucristo “surgir de entre las llamas”? Las “llamas”, sin embargo, pueden también ser un símbolo que emana del Infierno. Observando las 20 láminas onduladas, divididas en dos grupos de 10 que simbolizan las llamas, se nota lo extraño de que las dos llamas adyacentes a la cruz curvada, en lugar de ser las más altas, son en cambio muy bajas, de la misma longitud, casi planas y no onduladas. ¿Significan algo, quizá, estas extrañas llamas? Separándolas del grupo de las 10 láminas, tendríamos estos números: 9 láminas a la izquierda y 9 a la derecha de la Cruz; las dos láminas centrales con la Cruz en el centro, forman el número 3. El número 3 significa el Anticristo con sus tres Bestias del Apocalipsis del San Juan, mientras el número 3 multiplicado por el 9 (que representa el número 18 = 6 + 6 + 6 es decir, el número 666) forma el número 3 veces 666, que simboliza el odio y la declaración de guerra a Dios de la Masonería. Además, la suma de los números 9 + 9 = 18 representa el 18° grado del Caballero Rosacruz de la Masonería del Rito Escocés Antiguo y Aceptado, cuyo objetivo nos es descrito por el ex-Arzobispo de Port Louis, Mons. Leone Meurin: «El 18° grado es una burla sacrílega del Sacrificio de Jesucristo... En el 18° grado, Lucifer induce a sus esclavos a ofrecerle un sacrificio cruento


El misterio infernal de la Francmasonería es tan profundo cuanto horrible. Estamos en presencia de un sacrificio ofrecido a Satanás... Al Cordero de Dios, que la Sinagoga, impulsada por Satanás, ha crucificado, la Sinagoga masónica lo crucifica nuevamente, en figura, representado por un cordero con una corona de espinas en la cabeza y los pies traspasados por clavos. Estos nuevos Judíos van más allá: ellos cortan la cabeza coronada de espinas y los pies traspasados por los clavos, “como partes impuras”, para arrojarlas en el fuego, en holocausto a Lucifer, el Espíritu del Fuego!». Y continúa: «Lo que se efectúa realmente en la Cruz, se hace también, pero en figura, sobre la Mesa de los Rosacruces; Aquel que es la Vida gusta la muerte; y El que ES la Muerte triunfa sobre la Vida! (...). El grado 18 Rosacruz es esencialmente la renovación figurada y cruenta del Deicidio cometido por primera vez en el Calvario, así como la Santa Misa es su renovación real e incruenta. (...) El Sacrificio de Cristo en la Cruz ha cancelado la condena con la pérdida de la vida eterna del hombre, causada por la desobediencia de Adán a Dios. A consecuencia de ello, el pacto tácito entre el hombre y Lucifer ¡quedaba igualmente invalidado, cancelado, abolido! Aquí se encuentra el origen de la rabia infernal de Lucifer contra Cristo Salvador. Ahora, Lucifer quiere destruir el acto de reparación de la muerte del Salvador en la Cruz, ¡para restablecer su pacto con el hombre y recuperar el imperio perdido sobre la humanidad!..». Este objetivo, confiado al Caballero Rosacruz, representa el Misterio más profundo de la Masonería: eliminar el Sacrificio de Cristo en la Cruz de la faz de la tierra, es decir, eliminar la Misa Católica de la faz de la tierra! 

Puede comprenderse, ahora, que el altar sobre el cual cae en picada la cabeza del Crucificado no es el altar de la Misa Católica, sino la Mesa de los Rosacruces preparada por la Sinagoga para renovar el Deicidio. El significado, ahora, está claro: la cabeza del Cristo, ya sin vida, cae en las manos de un sacerdote Rosacruz que lo crucifica nuevamente sobre la Mesa de los Rosacruces, a la que se llega subiendo 11 escalones, que representan al Hombre-Dios de la Cábala y que se conecta a las llamas del infierno, a través de los 4 cuadrados que, con su producto 4 x 4 = 16 simbolizan el Ensof, es decir, el Infinito de la Cábala. 


¿Y ENTONCES POR QUÉ ESE CRUCIFIJO TRADICIONAL? Leone Meurin, en su libro “Francmasonería Sinagoga de Satanás”, al tratar el ritual del 18° grado, escribe: «Para los Rosacruces el Lema sacro perdido y reencontrado es INRI, interpretado cabalísticamente como: Igne Natura Renovatur Integra (= la naturaleza entera es renovada por el fuego)». Agrega luego: «El fuego preconizado ... como primer agente de la naturaleza, como emblema de la divinidad, como la DIVINIDAD misma ... El fuego está representado en la Cámara infernal como la deliciosa sala de estar de Eblis, de Hiram y de todos los grandes malhechores conocidos en el Antiguo Testamento. La expresión Fuego infernal es ciertamente el mejor Lema sacro que los Judíos cabalistas pudieron proponer a los nuevos Sacerdotes sacrificadores de Lucifer (los Rosacruces). La palabra INRI, es decir, la naturaleza entera es renovada por el fuego, expresa este holocausto ofrecido por los Rosacruces a Lucifer, el genio del fuego, y lo que se efectúa realmente en la Cruz, ellos lo hacen en figura sobre sus altares. ¿Por qué, entonces, ese Crucifijo tradicional al costado del altar? ¿Podía quizá faltar el Lema sacro perdido y reencontrado INRI de los Rosacruces, en una escenografía en la que aparece siempre más evidente «el colmo de la audacia satánica de pretender renovar la naturaleza por el fuego, es decir, quitar a la Santísima Trinidad para colocarse en su lugar, ofreciendo en holocausto a Lucifer al mismo Cordero de Dios que fue, en cambio, ofrecido por la Redención de la humanidad?» (Leone Meurin). Y la “intención” de este ofrecimiento a Lucifer, ¿no es tal vez el modo para renovar el pacto tácito entre el hombre y Lucifer que fue “invalidado, cancelado, abolido” por el Sacrificio de Jesucristo en la cruz? ¿Y, de este modo, rechazar la Redención de Jesucristo sustituyéndola por la redención de Lucifer? ¿POR QUÉ UN CRISTO CON CUERNOS Y CON UNA SERPIENTE? 

En la espesura de la ondulada y despeinada cabellera del Cristo se observan dos rarezas: dos cuernos de igual longitud y una serpiente que se enrosca hacia la parte central de la frente. Jesucristo es el Cordero de Dios, ¡pero jamás ha sido representado en la Cruz con dos cuernos! Pero también en este caso pareciera que los dos cuernos llaman la atención sobre el hecho de que no se trata de una renovación incruenta del Sacrificio de Cristo en la Cruz, como sucede durante la Misa Católica, sino del sacrificio cruento del cordero de Dios que el Caballero Rosacruz ofrece a Satanás, es decir, ¡se trata del Deicidio! El aspecto más inquietante, sin embargo, es la presencia de una extraña forma, similar a una serpiente, que enroscándose, desde la parte baja del cráneo, se dirige hacia la parte central de la frente. 


Para comprender esta simbología hay que remitirse a la Obra de la Masonería, que plasma al masón con tres tipos de corrupción; la del cuerpo, la del alma y la del espíritu. El agente de esta corrupción es Lucifer, la Serpiente que, simbólicamente, en la corrupción del cuerpo, se aferra al corazón, para corromper el “centro” de los mecanismos afectivos; en la corrupción del alma, se envuelve en torno a la zona baja posterior del cráneo, para corromper el “centro” de la formulación del pensamiento; para la corrupción del espíritu, en cambio, debe llegar a la parte central superior de la frente, “centro” de la voluntad, para dirigirla mediante su “espíritu satánico”. ¿Qué significa entonces el simbolismo de esta serpiente? Como la serpiente se está posicionando para efectivizar la última corrupción, lo que representa es la fase final de la sustitución del Espíritu Santo, Tercera Persona de la Santísima Trinidad, por el “espíritu satánico” de Lucifer, y simboliza, por tanto, la glorificación del triunfo de Lucifer sobre Dios, es decir, el triunfo de la pura doctrina de Lucifer sobre la pura doctrina de Jesucristo. LA VISITA A BRESCIA DE BENEDICTO XVI En 1999, Don Villa publicó un segundo libro sobre Pablo VI: “Pablo VI, ¿proceso a un Papa?” y, en 2003, publicó un tercer libro: “La nueva Iglesia de Pablo VI”. Luego de la inauguración, en el 2005, del Templo Satánico dedicado al Santo Padre Pío, en Padergnone, provincia de Brescia, eran muy intensos los trabajos para la construcción de la primera iglesia del Tercer Milenio de la diócesis, dedicada a “Cristo Resucitado”, inaugurada el 23 de septiembre de 2007, por el obispo de Brescia, Mons. Giulio Sanguineti. La “causa de beatificación” de Pablo VI languidecía y debía ser reactivada, y la única posibilidad era una intervención del nuevo Papa, Benedicto XVI. La visita a Brescia del Papa fue fijada para el 8 de noviembre de 2009. El Obispo de Brescia, Mons. Luciano Monari, se pronunció acerca de los efectos positivos que la visita del Papa ejercería sobre la causa de beatificación de Pablo VI: «Lo espero, no tanto por la beatificación en cuanto tal, sino porque estoy convencido de que hay un tesoro de espiritualidad original en la vida de Pablo VI y la difusión de este tesoro podrá ayudar y enriquecer a la Iglesia de hoy». Pero poco antes de la venida del Papa a Brescia, estalló una bomba: Don Villa publicó el Número Especial de “Chiesa viva” de octubre que llevaba el título de: “Brescia: la nueva iglesia parroquial de Padergnone ¡es un Templo masónico-satánico!”. El resultado fue que, durante toda la visita a Brescia de Benedicto XVI, jamás se mencionó la causa de beatificación de Pablo VI. Lo explosivo de esta publicación era el hecho de que la nueva iglesia no estaba dedicada a “Cristo Resucitado”, como afirmaron los responsables del proyecto, sino a la glorificación del Caballero Rosacruz Pablo VI y a la implícita glorificación del Deicidio que podía consumarse sobre el altar de este nuevo Templo satánico. Entrando en la iglesia por el portón de bronce, en el cual campean cabalísticamente Lucifer y la declaración de Guerra a Dios de la Masonería, nos encontramos ante la gigantesca estatua de “Cristo Resucitado”, en el centro de un inmenso vitral que corona el altar, colocado 3 escalones más arriba del pavimento. La estatua está en el centro del gran vitral, compuesto por 12 ventanas que representan las 12 Tribus de Israel del ritual del 1° grado, destacando las 2 tribus que permanecen: Judá y Benjamín. ¿Cuál es el verdadero significado de los colores, de las formas del vitral y de la estatua de “Cristo Resucitado”? 


Los colores del vitra son: amarillo, azul oscuro, rojo, azul claro , verde, gris, blanco y oro. Los números 3 y 4 de las columnas y líneas de las ventanas remiten a las 3 pruebas y 4 elementos del ritual del 1° grado, y esto está confirmado por los colores amarillo, azul y rojo del vitral que representan la tierra, el agua y el fuego del 1° grado. Los colores azul claro, símbolo del Aire, es decir del Alma judaica, y el color blanco de la Luz, símbolo del Espíritu (satánico), en cambio, indican al masón que llegó al 15° grado de Maestro. Y ello es confirmado por la presencia del “puente” gris-verde, que se destaca a la izquierda de la estatua de “Cristo Resucitado”. En el ritual del 15° grado, que representa la emancipación del pueblo masón del yugo monárquico, el Candidato simboliza a Zorobabel que libera a las dos tribus que quedaron, Judá y Benjamín, de la larga esclavitud de Babilonia, obteniendo de Ciro el permiso de hacerlas volver a Jerusalén. En el camino de retorno, cuando encuentran el puente sobre el río “Starburzanai”, les es impedido el paso, pero Zorobabel se abre paso por la fuerza y llega a la capital de Judea. El drama de la liberación está representado en 3 actos: la cámara verde que representa la Corte de Ciro y una fortaleza, prisión de los esclavos hebreos; la escena del puente; la cámara roja que representa a Jerusalén. La primera escena está en la zona verde oscuro que sobresale por encima del altar, que representa la corte de Ciro, mientras que el cuadrado verde claro que la corona, representa la fortaleza. La segunda escena está en el puente verde-gris; el color verde, por el sitio de procedencia y el gris porque el Candidato es un Maestro, ú Hombre-Dios, y como el negro es el color del Hombre y el blanco el de lo Divino, su combinación da el gris. La tercera escena tiene lugar en la zona baja y roja del vitral, que simboliza a Jerusalén. Llegados a este punto, uno está casi tentado de afirmar que la estatua de “Cristo Resucitado” representa al Maestro masón, pero nos hallamos ante un altar y el Maestro es un sacerdote-político y no un sacerdote-sacrificador. Entonces, ¿qué representa, en realidad, la estatua de “Cristo Resucitado”? Las extrañas formas triangulares de la estatua parecen “sugerir” la clave secreta. En efecto, uniendo entre sí los 4 puntos característicos. 


En efecto, uniendo entre sí los 4 puntos característicos de toda la figura, aparecen dos triángulos que simbolizan la realización acabada de la Tríada física (Maestro masón, 15° grado) y de la Tríada moral (Caballero Rosacruz, 18° grado) de la segunda serie de 11 grados, la serie del sacerdocio masónico. Otra pista se extrae de las tres puntas que coronan el puente sobre el río “Starburzanai”; estas “sugieren” que se han hecho los otros tres grados, después del 15°. Hay además tres dedos de la mano derecha de la estatua que indican la presencia de otra Tríada, por encima de las dos ya completadas. Otro elemento son los 3 escalones que suben al altar desde el pavimento, simbolizando la elevación del nivel político del Maestro (pavimento del Aula Litúrgica) al sacrificial del altar; por otra parte, la estatua de “Cristo Resucitado” corona el altar, significando su rol de sacerdote-sacrificador. Otro elemento, todavía, es el color oro del vitral como telón de fondo de la estatua. El color oro, en efecto, es el color dominante del delantal del Caballero Rosacruz. Entrando en el “aula litúrgica”, bajo la estatua de “Cristo Resucitado”, o mejor dicho del Caballero Rosacruz, se encuentra el altar que recuerda a la “piedra removida” del sepulcro de Cristo, mientras las llagas del Resucitado, esculpidas en los tres lados, “acentúan su simbolismo más profundo”. Pero estas llagas, esculpidas en los 3 lados del altar, son representadas por cinco “huellas de avutarda”, y ésto es una burla satánica, porque la “huella de avutarda” simboliza la Reencarnación, o la Transmigración de las almas e otros cuerpos, justamente la negación y el rechazo de la Resurrección! Pero, el responsable del proyecto de esta “primera iglesia del tercer milenio” afirma que este altar es una ¡alegoría de Cristo, sacerdote, víctima y altar de su mismo sacrificio! Ahora, del análisis de todas las medidas de este altar resulta que en él han sido impresos ocultamente los símbolos que representan a Lucifer bajo diversas formas y con su número doblemente sacro 77, el número sacro de la Cábala hebrea, la Masonería del R.E.A.A. y el Caballero Rosacruz del 18° grado. En relación a ello, en este número especial se afirmó: «Ahora, estamos obligados a plantearnos la pregunta: al celebrar una Misa, en un Templo masónico-satánico y sobre un altar como éste: ¿se celebra la renovación incruenta del Sacrificio de Cristo en la Cruz ofrecida a Dios Padre, o se celebra la renovación incruenta del DEICIDIO, cometido por primera vez en el Calvario, ofrecido a Lucifer?». Luego del estudio sobre el Tabernáculo y la Cruz procesional, cuyas medidas hacen referencia a Lucifer y su redención, a la Marca de la Bestia, a la iglesia de Lucifer, a la Masonería del R.E.A.A., al Tetragrama Sacro Hebreo, a la Cábala, a Lucifer dios cabalístico, al Caballero Rosacruz y a los cultos del Falo, del Hombre y de Lucifer, viene el estudio de la “Virgen de la esperanza” que debería representar a la Virgen Madre de Dios. El responsable del proyecto afirma que el escultor «ha creado un nuevo ícono de María, la Virgen del alba de la Pascua, la Virgen del octavo día, la Madre de la esperanza ». Lo que llama la atención de esta estatua es la total ausencia de símbolos que Le confieran el debido reconocimiento como Reina y Madre de Dios: una preciosa coro- na sobre la cabeza, un crucifijo en la mano o sobre el pecho, el Niño Jesús entre sus brazos, un Sagrado Corazón rodeado de espinas, una actitud de Madre Dolorosa. 


Nada de ello, pero ¡a sus pies aparece un puñal sacrificial con el mango de oro! Entonces, ¿qué representa esta estatua dorada? Bajo la estatua está escrito: “Virgen de la esperanza” y el responsable del proyecto ha dicho que se trata de “un nueva ícono de María”. Consultando el Diccionario masónico de Troisi, el Diccionario de los símbolos de Chevalier- Gheerbrant y La simbología masónica de Boucher, en la palabra “Virgen” hemos encontrado estos significados: “indica la Estrella de 6 puntas o Sello de Salomón”, “Ella gobierna la conciencia que emerge de la confusión y el nacimiento del espíritu”, “los masones son hijos de la viuda, es decir de la Naturaleza siempre virgen”, “Isis, la viuda de Osiris es la Logia masónica”, “todos somos hijos de un mismo padre Hiram y permanecemos unidos en la común defensa de su viuda, la Masonería”. Mons. Meurin confirma: “Hijos de la viuda, significa: Hijos de la Sinagoga de Satanás”. ¿Y ese puñal sacrificial con el mango de oro a los pies de la Virgen, para qué sirve? Con una “Virgen de la esperanza” que no puede ya ser confundida con Ntra. Señora, y con un puñal con empuñadura de oro, color del mandil del Caballero Rosacruz, no nos queda sino una sola hipótesis coherente: este puñal sacrificial es ofrecido por la Masonería misma al Caballero Rosacruz (simbolizado por la estatua de Cristo Resucitado) para llegar a la cumbre de la audacia de Lucifer: hacerse ofrecer la renovación figurada del Deicidio cometido por primera vez en el Calvario. Existe además otra extraña coincidencia: al entrar en el “aula litúrgica”, moviéndonos en dirección a la “Virgen de la esperanza” y a poca distancia de su estatua, en cierto punto, como invitados por el brazo siniestro de la “Virgen de la esperanza” a dirigir nuestra mirada a nuestra derecha, se descubre la figura oscura de Cristo Resucitado, o mejor dicho del Caballero Rosacruz y bajo su mano derecha se ve aparecer un triángulo blanco y puntiagudo que tiene forma de una hoja de puñal. La “Virgen de la esperanza” ¿sugiere quizá que el puñal a sus pies le sirve al Caballero Rosacruz, como se hace en el ritual del 18° grado, para dar el golpe mortal al cordero coronado de espinas y ofrecerlo en holocausto a Satanás? Pero la “Virgen de la esperanza”, es decir la Masonería, tiene una aureola color oro de 40 cm de diámetro; el color oro del Caballero Rosacruz y el número 40 que simboliza la espera, la prueba, el castigo. ¿Y cuál sería su significado? ¿Que los Caballeros Rosacruces deben dejar transcurrir un cierto período de tiempo (espera), experimentar mientras tanto sobre el altar la renovación figurada del Deicidio (prueba) y después, eliminado el Sacrificio de Cristo en la cruz, sustituir la Misa-Sacrificio por la Misa-Deicidio?  

                              

                                                        

-EXTRACTO DE LA REVISTA CHIESA VIVA AÑO XLIX - N° 528 JULIO-AGOSTO 2019-

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